Errar es humano, perdonar divino



para madurar hay que aprender a perdonar, no hay otra salida. 

¿Porque? porque el resentimiento y el rencor corroen el alma, y solamente dañan a quienes lo albergan en el interior. Tal vez quienes nos dañaron ni siquiera se dieron cuenta lo que nos hicieron. En ese sentido, es el mismo rencor o resentimiento el que nos tiene prisioneros, somos esclavos de el si no perdonamos. Es claro que a veces es difícil perdonar, hasta pareciera imposible, pero nunca lo es. Principalmente porque pensamos que lo que nos hicieron es injusto, o vil; pero si nosotros hacemos los mismo, es decir, si nos vengamos, estaremos haciendo lo mismo que detestamos. 


Hay otras veces que perdonamos desde el profundo del alma, pero en algunos momentos los resentimientos pueden volver a surgir, y debemos volver a perdonar. Para quienes albergan la fe, saben que tener rencores esta en contra de la voluntad divina, y también está contra toda ley sabia escrita. Si cumplen el mandamiento del amor, toda ley es obedecida, dice la Palabra.


Decir amar es fácil, pero ponerlo en práctica requiere mucho trabajo. Decir he perdonado también es fácil, pero hacerlo de corazón es una gran tarea. Hay que soltar esas cadenas de una vez por todas, es la mejor acción que se puede hacer, responder el mal con bien, creo que es la lección más grande que se puede dar a una persona.

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