Aceptar el Paso del Tiempo



El tiempo es innegociable e inevitable, pero no es nuestro enemigo. 

La resistencia a aceptarlo, es, como lo describe el pensador Sinay, igual al correr sinsentido de una rueda giratoria de hamsters enloquecidos, que según nuestra vana ilusión, nos aleja de lo inevitable y nos acerca a la juventud. 
En verdad, pelear contra el tiempo nos agota, desgasta y nos hace cruzar por la adultez y la vejez de un modo estéril y patético, privados del privilegio y el gozo de vivir.

A lo largo del tiempo vamos cambiando, pero el cambio debe ser de sabiduría, no de como cubrimos artificialmente su paso y nos creemos jovenes, "acallando lo evidente, ...engañándonos que lo que vemos es en realidad lo que somos". 

En otras palabras, el paso del tiempo y la adultez viene acompañado de una necesidad de llenar el vacío existencial. Hay quienes eligen evitar la respuestas mediante bisturi, pastillas, amantes, etc. pretender ser alguien que no es, y se convierten en desconocidos para ellos mismos.

Otros, en cambio, se aceptan como son, y buscan la realización de sus valores, se animan a aceptar su nuevo roles.

La adultez, la madurez y la vejez, no son enfermedades, por lo tanto, no se curan. Si se deja atrás esa obligación de ser siempre jóvenes se libera un enorme potencial.


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