¿Se pueden comprar los sentimientos?


¿Se puede comprar el amor?. Todos sabemos que no, pero hoy en día se pretende hacerlo.

Yo no puedo asegurar que hoy, con toda la tecnología, los telefonos y computadoras, vivimos más felices que antes. Uno de los principios del mundo que nos rodea es: -Cuanto más consumes, más feliz eres. Pero.. ¿cuanto nos afecta esto en la vida diaria?. Es sorprendente cuanta influencia tenemos de parte de la sociedad y como esto afecta a nuestra vida daria y la de nuestros seres queridos.



La presión de consumir nos afecta tanto que hoy en día están en venta artículos impensados, hasta tontos. La búsqueda de la satisfacción se sacia en la compra innecesaria y se ha transformado en una manera de vivir, y una filosofía de vida que tiene sus propios principios

Pero, ¿quién es inmune al consumismo?, o ¿quien lo quiere ser?. Hoy en día estamos expuestos ante un bombardeo continuo de anuncios, que nos sugieren comprar esto o aquello. Nos persuaden a que "necesitamos" más cosas.

¿Quién no se tentó por comprar algo que en realidad no necesitaba?. Todos. Para comprar cosas, necesarias o no, necesitamos dinero, pero hay que trabajar duro para obtenerlo. Al estar más tiempo afuera de casa, se compensa la ausencia del hogar con regalos, que cuestan dinero. Si queremos comprar cosas más "lindas", necesitamos más trabajo.

En otras palabras, en la nueva forma de vivir los productos de consumo suplen o substituyen los sentimientos. Si el padre está todo el día fuera de casa, ¿que mejor manera de demostrar el amor a su hijo que comprarle un regalo caro?, Más caro, más te quiero.

En nuestra vida moderna, siempre apurada, llegamos casa cada vez más tarde, más impacientes e intolerantes. Si vives en una ciudad grande te darás cuenta que el problema es aún mayor. Cualquiera que vive en pareja sabe que el cansancio es el mejor disparador de conflictos. En tiempos pasados, la conversación, la comunicación y la comprensión mutua era la manera de resolver las cosas. Pero hoy no tenemos tiempo para eso.

Con la vida moderna no hay tanto tiempo para las negociaciones largas y tortuosas, que son el secreto para una vida en armonía. Porque nuestra sociedad nos impone que tenemos que comprar cosas para ser más felices, y trabajar más. De ahi vienen las frases de "comprar el amor" y "materializa el amor".

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