¿QUÉ ES LA PACIENCIA?
A diferencia de lo que muchos piensan, la paciencia no es quedarse pasivo mientras cosas adversas suceden. En cambio, la paciencia es aprender a disfrutar mientras se está aguardando por algo.
Todos en la vida tenemos que esperar por las cosas que queremos, aún por las que pensamos que nos merecemos, también debemos esperar.
Todo el tiempo esperamos por algo: alguna noticia, algún reconocimiento de algo que hicimos, por el llamado de un ser querido, por una disculpa, para que las circunstancias que parecen desfavorables se vuelvan favorables, por una oportunidad para decir algo, etc.
Si queremos dar una palabra o un consejo a un amigo ésta debe ser en el momento oportuno, de otro modo no será efectiva. Pero para que sea efectiva, debemos desarrollar la paciencia.
Hay dos actitudes que podemos tomar ante tales situaciones, desesperar o empezar a disfrutar. El tiempo que debemos esperar no se hará más corto o más largo por nuestra actitud, todos debemos esperar. Pero nosotros cambiamos si desarrollamos la paciencia, ya que es una virtud de la madurez.
Hoy en día en que todo esta hecho para ahorrar tiempo es más difícil entender. Las nuevas generaciones tienen más dificultades en desarrollar la virtud de la paciencia, parece que todo es descartable y todo lo queremos al alcance de la mano y ya, pero este camino no lleva a la felicidad.
El que es paciente sabe afrontar las oportunidades de la vida; el que es paciente no se da por vencido fácilmente; el que es paciente no cae en desánimo, mantiene la fe; el que es paciente madura, se perfecciona el carácter y ante cualquier obstáculo no retrocede porque sabe que se merece lo mejor; el que es paciente sabe amar, porque comprende que todos cometemos errores.
En otras palabras, quien es paciente recibe recompensa de todo tipo: más amistades, mejor estado de ánimo, mejor salud.
La buena noticia es que ser pacientes es una decisión, así que no se culpe por ser una persona poco paciente. Ejercite la paciencia. La clave es ver a largo plazo, no solo la frustración del momento, sino la ganancia futura.
A diferencia de lo que muchos piensan, la paciencia no es quedarse pasivo mientras cosas adversas suceden. En cambio, la paciencia es aprender a disfrutar mientras se está aguardando por algo.
Todos en la vida tenemos que esperar por las cosas que queremos, aún por las que pensamos que nos merecemos, también debemos esperar.
Todo el tiempo esperamos por algo: alguna noticia, algún reconocimiento de algo que hicimos, por el llamado de un ser querido, por una disculpa, para que las circunstancias que parecen desfavorables se vuelvan favorables, por una oportunidad para decir algo, etc.
Si queremos dar una palabra o un consejo a un amigo ésta debe ser en el momento oportuno, de otro modo no será efectiva. Pero para que sea efectiva, debemos desarrollar la paciencia.
Hay dos actitudes que podemos tomar ante tales situaciones, desesperar o empezar a disfrutar. El tiempo que debemos esperar no se hará más corto o más largo por nuestra actitud, todos debemos esperar. Pero nosotros cambiamos si desarrollamos la paciencia, ya que es una virtud de la madurez.
Hoy en día en que todo esta hecho para ahorrar tiempo es más difícil entender. Las nuevas generaciones tienen más dificultades en desarrollar la virtud de la paciencia, parece que todo es descartable y todo lo queremos al alcance de la mano y ya, pero este camino no lleva a la felicidad.
El que es paciente sabe afrontar las oportunidades de la vida; el que es paciente no se da por vencido fácilmente; el que es paciente no cae en desánimo, mantiene la fe; el que es paciente madura, se perfecciona el carácter y ante cualquier obstáculo no retrocede porque sabe que se merece lo mejor; el que es paciente sabe amar, porque comprende que todos cometemos errores.
En otras palabras, quien es paciente recibe recompensa de todo tipo: más amistades, mejor estado de ánimo, mejor salud.
La buena noticia es que ser pacientes es una decisión, así que no se culpe por ser una persona poco paciente. Ejercite la paciencia. La clave es ver a largo plazo, no solo la frustración del momento, sino la ganancia futura.
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